Saber vender no es lo mismo que saber trabajar. Puedes ser una persona muy efectiva en ventas pero si eres una persona desorganizada y que no emplea bien su tiempo, puedes llegar a tener problemas la hora de conseguir tus próximas ventas.
Si quieres mejorar tu productividad y ser reconocido no solo como un gran vendedor sino también como un excelente profesional, estos cuatro consejos te serán muy útiles:
1. Enfócate en el resultado que importa
Tener mucha actividad no significa que tendrás los resultados que esperas. Al final, cuando se intenta ir por todo lo único que se obtiene es poco. La mejor forma de mejorar esto es identificar que objetivos son los más importantes para ti y luego, hacerte responsable de las acciones necesarias para conseguirlos.
Es fácil mantenerse ocupado todo un día sin tener ningún tipo de progreso relevante. Puedes hablar con un cliente, realizar mediciones, hablar por teléfono o cualquier cosa, pero un gran vendedor sabe determinar que esfuerzos son más importantes que otros para ejecutarlos con destreza.
El primer paso para la efectividad en el trabajo es saber cual es el resultado ideal que deseas obtener.
2. Planear tu semana es planear tu trabajo.
La mayoría de los vendedores no planean su semana. Usualmente porque no saben lo valioso que es este ejercicio de planeación y los maravillosos resultados que puede traer. En cambio, suelen llevar su semana de forma reactiva, es decir, dejan que el mundo los interrumpa y decida las prioridades de su agenda.
Planear tu semana lleva tiempo. No obstante, es una inversión duradera que te producirá buenas ganancias cuando de tiempo para definir las tres cosas más importantes que quieres lograr se trata. Quizás no lo veas pero entre más concretas sean tus metas, más fácil las conseguirás.
Estructurar mejor tu semana es realizar mejor tu trabajo. En ventas sabemos que el tiempo es oro, por lo que planear cada acción puede ayudarte a cerrar mejores ventas.
3. Da seguimiento a tus compromisos.
Muchas personas son buenas en mantener su calendario, pero no son tan buenas dando seguimiento a los compromisos que hacen en este, especialmente si no están registrados como un evento dentro de su calendario.
A través de la semana, puedes hacer muchos compromisos y dar tu palabra de que harás algunas llamadas o correos. Si no puedes dar seguimiento a lo que prometes, es raro que puedas cumplir.
Hacer un buen trabajo significa que debes cumplir tu palabra y compromisos. No importa si son grandes o pequeños. Tu atención a los detalles y entregar lo que esperan de ti es lo que dará este toque de confianza y profesionalismo que buscan tus clientes.
4. Hacer Trabajo de Calidad
Es fácil confundir calidad por cantidad. Cada vez que tachas una tarea de tu lista y la marcas como completada, te produce una enorme sensación de productividad (¡parece que estas avanzando!). Bueno, algunas veces es cierto.
Pero completar tareas por completarlas no es garantía de que son las cosas correctas en las que debes enfocarte y ,mucho menos, de las que tienes que hacer con calidad. Esa que te hace sentir orgulloso.
Tomar las cosas con calma y hacer un verdadero trabajo de calidad es la verdadera recompensa. Eso sí, si quieres más razones para hacer un buen trabajo recuerda que tu reputación se formará en base a la calidad de tus y sus resultados. También vale la pena recordar que un trabajo bien hecho, es un trabajo que no tienes que volver a hacer después. Nada es más costoso en términos de tiempo que volver a hacer un trabajo porque no estaba bien hecho.
En resumen…
Si quieres producir mejores resultados y vender mejor, haz un mejor trabajo. El cómo trabajes es tan importante para lograr una venta, que el proceso de la venta misma.